Por un referente constructivo crítico desde IU, comprometido y coherente en la movilización social para una alternativa trabajadora y joven a la crisis económica, en el proceso de formación de los foros para la refundación de la izquierda.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Unidad para ganar.

La convocatoria electoral de mayo de 2014 representa la posibilidad de derrotar las políticas neoliberales extremas que, de la mano del PP, sufrimos desde hace más de veinte años desde el gobierno de la Comunidad y en la inmensa mayoría de los 179 municipios de Madrid.

Los próximos comicios representan una oportunidad de transformar las luchas contra los recortes, las huelgas defensivas, las mareas o las marchas por la dignidad y el profundo malestar social existente en propuesta política.

Asistimos a un momento de crisis del régimen provocada principalmente por el arrumbe de los fundamentales contrapesos sociales que permitieron el pacto de la transición y la construcción de todo el andamiaje institucional, sus reglas y procedimientos.

Se presenta para Izquierda Unida una ocasión de avanzar hacia la transformación social y de revertir la degradación democrática profunda que provoca el neoliberalismo. Derrotar en las elecciones la política neoliberal es la manera concreta de trabajar a favor del proceso constituyente y republicano que defendemos.

Es el momento de avanzar hacia la confluencia de gentes, fuerzas políticas y movimientos sociales a través un amplio proceso participativo que empodere a las personas y ponga sus derechos por encima de los de las grandes familias y sus negocios.

Es la hora de poner en valor la afiliación de IUCM y el del conjunto de quienes, de una u otra manera, la apoyan. Es el momento de que el empeño por sostener el tejido asociativo en barrios, pueblos y escuelas, los sindicatos y las diferentes plataformas, que constituyen el medio principal de defender derechos y de ensancharlos, se transforme en la base para levantar el Madrid de las personas y sus derechos.

En los últimos años, las movilizaciones y campañas que han fructificado lo han hecho cuando han hallado espacios unitarios y plurales en los que desarrollarse. Espacios en los que nadie pierde y en los que se genera una realidad cualitativa y cuantitativamente superior a la suma de las partes. En este sentido, el camino que ha emprendido IUCM, junto a otros sectores, por transformar la confluencia producida en las luchas en una convergencia política en los comicios municipales en Madrid a través de Ganemos debe generalizarse a toda la Comunidad y en las elecciones a la propia Comunidad.

IUCM debe proponer un acuerdo al conjunto de la sociedad madrileña, es decir, a sus fuerzas políticas, a las personas y a los movimientos sociales para lograr que la región y sus municipios rompan con la política neoliberal.

Un acuerdo basado en reglas, métodos y propuestas claras. Somos muy conscientes en que todos y cada uno ellos sólo serán un paso hacia la real unidad imprescindible para derrotar al Partido Popular y sus políticas, si resultan del desarrollo de amplios espacios participativos. Sólo si tales espacios los hacen suyos y la población los refrenda en procesos previos a la propia cita electoral es posible ganar para esa ciudadanía unas instituciones que llevan más de 4 lustros sirviendo al neoliberalismo.

Cualquier construcción participada deberá, de una u otra forma, responder a cierto número de cuestiones.

La primera, el propio lugar del ayuntamiento, la Comunidad y su papel. Es decir, el conjunto de problemas que obedecen a la degradación democrática y a su recuperación en un sentido republicano. Asimismo, deberá tratarse todo aquello que tiene que ver con las maneras de tomar decisiones y con la autonomía de cada  ámbito: la adopción de los presupuestos por medios participativos, la forma de toma de las decisiones más importantes a través de consultas y/o referéndums, la vía para potenciar la sociedad civil y las asociaciones, los valores de la convivencia  en una realidad plural y la lucha contra leyes como el posible cambio en la elección de alcaldes, LRSAL o el artículo 135 de la Constitución.

La segunda cuestión es la igualdad. La crisis ha generado tal desigualdad y pobreza que es imposible hablar de ciudadanía o derechos sin combatir seria y decididamente el empobrecimiento y encarar cuestiones como los desahucios, la vivienda o las políticas sociales y de redistribución que hoy se encuentran profundamente dañadas. La protección por Ley de un conjunto de derechos vitales básicos como por ejemplo,  vivienda, suministros, movilidad, alimentación, sanidad o educación se transforma en una prioridad para decenas de miles de familias.

La tercera, la reversión de las privatizaciones, empezando por la sanidad, la recuperación de Telemadrid y una claraapuesta por lo público y su desarrollo (por el común). Son necesarias políticas sociales que empiecen por rescatar del lucro privado sectores fundamentales de la atención a las personas y a la dependencia.

La cuarta, el empleo, su tipo y calidad. Es decir, la necesidad de llevar a cabo planes de ocupación públicos y junto a ello, el debate sobre el modelo de crecimiento, sus consecuencias medioambientales y ecológicas, o el desarrollo del cooperativismo.

La quinta cuestión estará marcada por los ingresos y gastos, la política fiscal, los retos en la contratación pública y la obligada auditoria sobre la deuda públicacontraída por el neoliberalismo.

Dar respuesta al sufrimiento y al maltrato social que la Comunidad y la mayoría de sus gobiernos municipales provocan exige la unidad de todas aquellas fuerzas que se enfrentan al austericidio y también precisa de una propuesta clara.

Sometamos sin miedo todo ello al debate del conjunto de la sociedad. Ese constituye una de las mejores aportaciones que IUCM puede hacer para ganar Madrid para la gente.

Carlos G.

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lunes, 15 de septiembre de 2014

SOBRE LAS PRÓXIMAS ELECCIONES MUNICIPALES

Las próximas elecciones municipales son una oportunidad de transformar las luchas contra los recortes, las huelgas defensivas, las mareas o las marchas por la dignidad, así como el profundo malestar social existente en candidaturas que permitan derrotar una parte fundamental de la política neoliberal, arrebatando ayuntamientos y comunidades al PP.

Las elecciones llegan en plena crisis del régimen, una crisis azuzada por el referéndum catalán, los cambios en la ley de elección de alcaldes, la reforma del artículo 135 de la Constitución, avances durísimos en la privatización de servicios o la entrada en vigor de la LRSAL. 

Las elecciones encuentran a unos ayuntamientos intervenidos por la Administración, obligados por la deuda y en su inmensa mayoría sin dinero, cuando no en la ruina debido en gran medida a un método de financiación injusto e insuficiente. Sólo 7 de cada 100€ del Estado van a los municipios.

Nunca unos comicios son iguales a los anteriores, pero esta vez todo apunta a que los de mayo de 2015 pueden ser muy especiales.

En los últimos años, las movilizaciones y campañas que han fructificado lo han hecho cuando han hallado espacios unitarios y plurales en los que desarrollarse (mareas, marchas, cumbres sociales, PAH, etc). En este sentido, la apuesta que ha emprendido IU, junto a otros sectores, por transformar la confluencia producida en las luchas en una convergencia política debe valorarse de manera muy positiva.

La X asamblea Federal o la IX Asamblea regional de Madrid apostaron con claridad por levantar un bloque político y social que permitiera derrotar al neoliberalismo. La clave ante las elecciones será ver si IU es capaz de transformar la movilización que se producirá alrededor del voto en un paso a favor de ese bloque contra el PP y en pro del proceso constituyente antineoliberal que se defiende. La forma de construcción del programa y la confección de las propias listas son un reto y el medio para ello.

Asistimos a un momento de crisis del régimen provocada principalmente por el arrumbe de los fundamentales contrapesos sociales que permitieron el pacto de la transición y la construcción de todo el andamiaje institucional, sus reglas y procedimientos. Dicha crisis, ha acelerado un descrédito general del conjunto de las instituciones y de los instrumentos políticos y asociativos existentes hasta la fecha, incluidas las ONG.

La movilización social ha servido tanto como muestra de rechazo a los recortes como expresión de una ruptura generacional. Superarla es necesario para derrotar la política neoliberal. Las elecciones municipales deben verse también como un medio para lograr ambas cosas.

Debemos aprovechar, de ahí lo positivo de la idea de la confluencia, del bloque político y social, la capacidad de organización y propuesta de IU para transformar la movilización, participación e incipiente politización en un paso para conseguir la transformación social. De la táctica que usemos dependerá que extraigamos todo el jugo a la situación que vivimos. 

Cinco son los ejes alrededor de los cuales debemos desarrollar nuestra táctica. (1) Democracia y republicanismo (presupuestos participativos, autonomía municipal, convivencia, lucha contra leyes como elección de alcaldes, LRSAL, artículo 135, revocatorios, referéndum). (2) Igualdad (políticas sociales para combatir el empobrecimiento, vivienda y desahucios). (3) Servicios públicos (sanidad, educación, dependencia). (4) Empleo (planes de ocupación, cooperativismo, modelo de desarrollo y ecología). (5) Ingresos y gastos (política fiscal, auditoria de la deuda, contratación).

En todos los campos mencionados hay que construir una respuesta antineoliberal, muy pegada a la realidad de cada lugar y hacerlo de la manera más participativa e inclusiva posible.

Pensemos que en estos momentos organizar esa convergencia o esa expresión de bloque político y social sólo puede ser resultado de un proceso. Proceso del que la suma formal de siglas puede o no puede ser parte. Pero en todo caso, no es la única condición imprescindible.

El método de construcción de esa convergencia programática y, a ser posible, incluso de la lista es hoy en día fundamental.

En este momento, la mayoría de las fórmulas empleadas antaño para constituir acuerdos (coaliciones, sumas de siglas, etc) no son bien vistas por buena parte del sector politizado. No se trata de que las fórmulas de hoy sean mejores o peores que las de ayer, ni siquiera de las intenciones de parte de sus voces más autorizadas. Lo que resulta necesario ver es cómo superar la fractura y construir puentes en la forma y en el lenguaje, que actúen en el primer caso como lazos contra la división, y en el segundo, como medio de compresión.

La gente que quiere decidir ahora organiza “su decisión” a través de espacios en los que la unidad no se genera desde las siglas de unas fuerzas o de delegaciones y representatividades previas sino, sobre todo, a partir de las personas que participan en cada uno de esos espacios. Personas que únicamente están dispuestas a ceder la parte individual de soberanía que les corresponde a ese tipo de espacios. En lo municipal, responden a esos esquemas fórmulas del tipo Guanyem o Ganemos, pero habrá más. En la movilización social y ciudadana son las Mareas o las Cumbres Sociales las que mejor expresan esas maneras de funcionar amplias y de “todos”. Sin duda estos procedimientos no representan el remedio de fierabrás; lo que revelan es la necesidad de: (a) abrir nuestras asambleas y las formas de tomar decisiones. (b) Definir conscientemente un medio en el que el programa electoral, la respuesta a los 5 problemas planteados antes u otros, se construya con todas aquellas personas que lo deseen y en un marco regulado por normas que cada uno de ellos acepta individualmente, al margen de que sean de IU, de Podemos, del 15M, de CNT o de nada. 

Propuestas como primarias abiertas y ciudadanas, elección de la lista en procesos abiertos, confección del programa por medios participativos y sometidos todos ellos a una confluencia superior a las fronteras actuales de IU constituyen el medio práctico que nos acortará las distancias, el puente que nos hace falta.

Para nosotros generar espacios de este tipo o participar en ellos no implica disolución alguna, sino la posibilidad real de trascender, de sumar a nuevos sectores de una manera que sea compresible para ellos. No es que la forma resuelva el fondo. Lo que ocurre, es que o bien presentamos y trabajamos el fondo con otra forma, o ese fondo no llega, no avanza, no es capaz de suturar la ruptura y sobre todo, no será capaz de aprovechar todo el potencial actual de movilización electoral que ya se está produciendo para dar pasos a favor del republicanismo municipal que necesitamos.

Carlos Girbau.