Por un referente constructivo crítico desde IU, comprometido y coherente en la movilización social para una alternativa trabajadora y joven a la crisis económica, en el proceso de formación de los foros para la refundación de la izquierda.

lunes, 22 de diciembre de 2014

IU de Madrid se desangra: que hable la afiliación

El resultado de últimas las elecciones primarias para cabeza de lista al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid ha profundizado la crisis de dirección y, en cierta medida de proyecto, que IUCM arrastra desde hace ya mucho tiempo. Hoy IUCM se desangra y urge taponar la herida de la única manera posible: una asamblea extraordinaria que permita que la gente se exprese y ponga a la organización mirando hacia fuera, hacia la necesidad de unir fuerzas, de converger y confluir para echar al PP y derrotar la política neoliberal extrema que sufrimos.

La IX asamblea Regional se saldó con un documento que llamaba abiertamente  a la movilización y a construir un bloque político y social para derribar al PP, revertir las privatizaciones, acabar con los recortes y potenciar el empleo de calidad a partir de un plan público de que recuperara la  industria, la inversión, el desarrollo sostenible. Pero a la vez, la asamblea dejó una organización dividida, que la configuración de la dirección que surgió de ella no sirvió para resolver, sino todo lo contrario. 
Hace 9 meses, las principales partes antes enfrentadas llegaron a un acuerdo. Un acuerdo que representó una oportunidad perdida al constituirse como un simple reparto de cargos en el que, por el camino, se apeó de la dirección a algunas de las corrientes de IUCM. Es decir, se repitieron parte de los errores de la IX asamblea al no sumar a las tareas realmente ejecutivas a todas las sensibilidades. No nos extenderemos más en este tema, dado que ya realizamos una valoración de dicho acuerdo en este blog en el artículo: 


Sólo señalar que el mencionado acuerdo se cerró previamente a las elecciones europeas y, en consecuencia, antes de la irrupción de Podemos como fuerza política significativa y del nacimiento de los diversos Ganemos como espacios de confluencia de personas y de fuerzas sociales y políticas.


¿Por qué no una asamblea extraordinaria? Contra su celebración se aduce que nos interioriza y nos divide, una afirmación que no se sustenta. IUCM ya está muy dividida y enfrentada; cuesta creer que la convocatoria de asamblea ahonde una división ya tan profunda y tan exhibida en los medios de comunicación; una exposición pública que además solo sirve para debatir cuestiones inteligibles y de nulo interés para la mayoría de la población. Por el contrario, un asamblea serviría para intentar resolver el colapso político en el que nos hallamos, pero a la vez para mostrar públicamente una IUCM que desea salir del enfrentamiento enquistado contando con la intervención de sus bases, de manera democrática, con un debate verdaderamente político que ponga la propuesta en el centro. Una IUCM que quiere ser abierta y “exteriorizar” no puede pensar en resolver sus graves problemas “por arriba” y sin contar con la mayor parte de su gente;  una IUCM que quiere confluir no puede aparecer como una organización ensimismada en cortocircuitarse. 

Por otro lado, la asamblea extraordinaria igualmente posibilitaría sacar de su actual bloqueo, sobre su significado y aplicación, la resolución adoptada por la última Presidencia Federal tras el trabajo de la Comisión de Transparecia.

En contra de la asamblea también se esgrime que las elecciones están muy cerca y que en este momento una asamblea nos desvía del objetivo electoral. Pero la cuestión es: ¿Nos acerca entonces más a la gente y a su movilización, nos ayudan más a nuestro objetivo las acusaciones y la guerra en la prensa sobre dimisiones y ceses?  ¿Resulta muy “electoral” que no se reúnan nuestros órganos por falta de acuerdo entre las partes, como ocurrió el pasado martes 16 de diciembre con la Presidencia Regional?

Lo que une, lo que suma en política, la única manera de resolver la división  a través del acuerdo sobre la tarea. Cuando se plantea este hecho,  la mayoría de partes responden que la tarea fue acordada en la última asamblea y en las diversas reuniones que la han sucedido. Sin embargo, a tenor del crudo enfrentamiento existente, parece muy claro que eso no es así. Existen diferencias políticas, diferencias profundas sobre la forma y manera en la que hay que llegar a la unidad imprescindible para derribar al PP y sus políticas neoliberales; hay opiniones dispares sobre cuáles serían las primeras tareas en ese campo y sobre el propio lugar que debería ocupar IU en todo ello.

Por tales razones, los únicos elementos que pueden fortalecer a IUCM y cerrar su sangría actual radicarían: (a) en una propuesta de 10 medidas de gobierno que debe comenzar por un plan de emergencia contra la pobreza, freno a los desahucios, reversión de las privatizaciones, regeneración de la democracia, presupuestos participativos, auditoria de la deuda y laicidad, entre otros; (b) en una dirección reconocida por todos que sólo puede nacer de ofrecer la palabra a la gente. Las más de 10 mil personas que votaron en las recientes primarias desean que IU siga adelante y represente un instrumento útil para derribar al PP y las políticas neoliberales. 

Una asamblea, como sucede con las elecciones primarias, sirve, entre otros aspectos, para que surja el debate sobre el qué, el cómo y el con quién en IUCM. Nuestra gente ha demostrado ya un elevado nivel de madurez y una gran paciencia que no se corresponden con negarles la participación a la hora de construir una propuesta de acción de gobierno y movilización para las elecciones de mayo. Ofrecer el espacio para un franco debate sobre estos objetivos y sobre la dirección necesaria para impulsarlos resulta imprescindible. Celebremos una asamblea de IUCM, renovemos discurso y dirección, y pidámosles a quienes votaron en las primarias y a todas aquellas personas que creen que IU sigue siendo necesaria que nos ayuden. Hoy y de nuevo, las palabras de los clásicos vuelven a cobrar toda su vigencia: la emancipación de los trabajadores será obra de ellos mismos o no será. 

Mercedes F. y Carlos G.

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