Por un referente constructivo crítico desde IU, comprometido y coherente en la movilización social para una alternativa trabajadora y joven a la crisis económica, en el proceso de formación de los foros para la refundación de la izquierda.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Un año de Marea Blanca

Jorge Aranda Arana remite a la Lista RedesIU estas Reflexiones del colectivo MATS. Por Jesús Jaén (Trabajador del Hospital de La Princesa y miembro del MATS).
En breve se cumplirá un año desde el surgimiento de la Marea Blanca. El estallido comenzó en La Princesa un 1 de noviembre cuando espontáneamente los trabajadores salimos a cortar Diego de León y se marcharon a la calle Aduana. El día 2, convocados por la Coordinadora de Hospitales (Chycs) se volvió a tomar la calle y de allí nació el llamado “espíritu de La Princesa”. Ese fue el pistoletazo de salida de la llamada Marea Blanca. Un reguero de encierros, concentraciones, manifestaciones, recogida de firmas y paros se extendieron a lo largo de noviembre y diciembre de 2012.

Las líneas que siguen a continuación no tratan de hacer un balance completo (necesitaríamos mucho más espacio); sino únicamente puntualizar sobre algunas cuestiones que recientemente hemos leído en algunas publicaciones y que, desde nuestro punto de vista, no se ajustan a la realidad.



1.- ¿Qué hemos conseguido y qué hemos perdido?

La lucha comenzó el 1 de noviembre pero durante el 2012 ya se habían dado algunas movilizaciones aunque no de tanta trascendencia, por eso, a la hora de hacer un balance no podemos quedarnos solo en la respuesta contra el llamado “Plan de Sostenibilidad” (lanzado en rueda de prensa por el gobierno de Ignacio González el 31 de octubre). Los recortes salariales y de plantillas, así como la aprobación de la ley de privatización de las 26 categorías profesionales no sanitarias y, sobre todo, el RD 16/2012 que rompía por primera vez el derecho universal a la salud, deben ser considerados parte de la lucha de la Marea Blanca.

Dos preguntas deben hacerse a raíz de lo que hemos podido leer en algunos sitios: ¿Cuál ha sido el resultado de esta lucha? ¿Qué se ha perdido y que se ha ganado? Vayamos a los hechos.

Hemos conseguido:

·Paralizar cautelarmente la privatización de los seis hospitales semi-públicos (modelo PFI) y que habían sido adjudicados a Ribera Salud, Sanitas e Hima San Pablo. Gracias a nuestra lucha 1.150.000 personas y 5.200 profesionales no están integrados en la red hospitalaria privada. La importancia de esta paralización es estratégica en cuanto a que de haberse realizado, hubiera tenido un efecto exponencial sobre el conjunto del SERMAS. Afirmar, como hemos leído, que estos hospitales ya eran privados (y por lo tanto minusvalorar nuestra lucha) es una entelequia que cierra los ojos a la realidad y no explica por qué cientos de miles de personas hemos salido a las calles.

· Se consiguió parar la aplicación del euro por receta mediante la respuesta social y el recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el propio gobierno central.

· Se consiguió detener parcialmente la conversión de La Princesa en un hospital geriátrico. Sin embargo el acuerdo secreto y sellado por la Junta de Jefes de Servicio -y con el apoyo de 5 sindicatos de la Mesa Sectorial- (CCOO, SATSE, UGT, CSIT-UP y USAE); está suponiendo un desmantelamiento progresivo del Hospital. La reducción del Presupuesto este año en 15.401.107 euros es incluso mayor al acuerdo que se fijaba en un 13,4%. Hoy en día muy pocos hablan ya de que “hemos salvado el hospital” (como se nos quiso hacer creer un año atrás) y mientras tanto, el hospital camina inexorablemente hacia un centro especializado en personas mayores de 75 años. Esta valoración no se encuentra entre quienes fueron artífices o apoyaron el acuerdo entre la Consejería de Sanidad y la Junta de Jefes de servicio. ¿Por qué? Muy sencillo. No pueden admitir sus errores cuando nos convocaron a todos para decirnos que “lo de la Princesa ya estaba arreglado, que teníamos que levantar el encierro (cosa que no hicimos) y limitarnos a una solidaridad con el resto de la sanidad” (esto vale tanto para la Junta de Jefes como para los sindicatos que les apoyaron).


·  Hemos perdido:

· El derecho universal a la salud a través de la aplicación del RD 16/2012 que ha supuesto la exclusión del sistema sanitario de 900.000 personas en España.

· Están a punto de aprobar nuevas formas de re-pago para medicamentos.

· El Hospital Puerta de Hierro ha sufrido la total privatización del personal no sanitario.

· La lavandería de Mejorada del Campo ha sido adjudicada recientemente a un grupo empresarial por 46 millones de euros.

·  El Instituto cardiológico se ha cerrado.

·  El Hospital Carlos III se está desmantelando y adosando a La Paz con lo que no sabemos qué pasará con los servicios tan importantes a los que estaba dedicado (tratamiento e investigación de enfermedades infecciosas y “raras”).

· Se han perdido entre 2.500 a 3.000 puestos de trabajo en el SERMAS en un año.


Por otro lado sigue en el aire la privatización de las 26 categorías profesionales no sanitarias y los 27 centros de salud contemplados en el Plan de Sostenibilidad.


Este es el balance objetivo de los hechos. Por lo tanto, ni estamos tan mal como algunos dicen: incapaces de reconocer nuestras propias victorias (suspensión cautelar de los seis hospitales). Ni tampoco todo el monte es orégano –como dicen otros- haciéndonos ver una realidad que no es.


Creemos importante puntualizar en ambos sentidos porque tan paralizante puede llegar a ser no tener confianza en nuestras propias fuerzas, como obviar unos hechos que nos deben servir de indignación para movilizarnos y no caer en una peligrosa resignación a los “hechos consumados”.



2.- Dónde reside la fuerza de la Marea Blanca

Es muy sencillo, la base de esta fortaleza está en la gran movilización social, profesional, ciudadana, política y judicial que ha terminado arrinconando al PP. Las manifestaciones, encierros, huelgas, concentraciones, las firmas o la consulta ciudadana, han sacado a las calles y movilizado a personas de todas las ideologías, jóvenes, trabajadores, clases medias y un sector importantísimo de votantes de la derecha o del PP. Esto ha tenido como resultado el aislamiento político-social del Gobierno y de su Plan de Sostenibilidad. El 89% de la opinión pública apoyó y apoya nuestra lucha, y todo eso, ha repercutido en las superestructuras jurídicas como se ha demostrado con el “fallo” del TSJM.

Ni los más pesimistas en la cúpula del PP se imaginaban un enfrentamiento tan duro y complicado para ellos. ¿No calibraron nuestras fuerzas? ¿No fueron conscientes que el derecho a la salud y a una sanidad pública estaba arraigado profundamente en la población? El escenario del 2012 era algo así como una guerra declarada por la cúpula del PP madrileño para terminar de transformar la sanidad en un gran negocio para sus amigos los empresarios del ladrillo y de la salud. En ese sentido el Plan de Sostenibilidad era un salto cualitativo hacia ese objetivo. Y como hemos analizado antes, algunas cosas se han perdido, pero una parte importantísima del mismo, se ha paralizado provisionalmente. Esta victoria provisional ha servido de estímulo en otros sectores que tratan ahora de “tomar nota” para enfrentarse al Gobierno.


¿Y cuáles pueden ser estas enseñanzas?

· Lo primero y más importante es el carácter espontáneo y de base que ha tenido la movilización en sus inicios. La gente casi siempre ha tomado las calles y los centros sin recurrir a las antiguas organizaciones sindicales. La Marea Blanca en sus inicios ha sido un extraordinario canto a la auto-organización donde el movimiento asambleario ha sido el principal motor de la movilización y de la organización. Fue ese proceso de empoderamiento de los trabajadores y ciudadanos lo que dio como resultado la creación de PATUSALUD un colectivo que llevó el peso principal de las primeras movilizaciones. En segundo lugar, el papel jugado por un nuevo sindicato de médicos como AFEM sobre el que han recaído dos cosas importantísimas: las huelgas y los recursos judiciales.

· Llegados a este punto nos vemos en la obligación de plantear dos grandes observaciones: es curioso como en un intento de reescribir la historia reciente, los balances que hemos leído acerca de la Marea Blanca, o se “olvidan” de PATUSALUD, o solo la nombran para decir que se marchó de la Mesa de la Sanidad. Esto tiene una explicación. Los autores de dichos balances no le dan la menor importancia al proceso de auto-organización. No buscamos la “mala intención” de tales explicaciones, simplemente que la “memoria es selectiva” y como tal, lo que para unos ni existe, para nosotros representa una de las aportaciones más importantes de la Marea Blanca. Sin esa aportación no podrían explicarse hechos de tanto calado como por ejemplo la consulta ciudadana, que convocó a 940.000 personas y atrajo durante seis días una red de 20.000 personas y cientos de urnas en las calles. Pues bien, esta consulta fue organizada en un primer momento por un reducido grupo de personas (algunas provenientes del movimiento 15M) que logró atraer la atención de Patusalud y de otras plataformas ciudadanas. Sin medios materiales pero con un entusiasmo increíble la consulta ciudadana fue uno de los mayores éxitos políticos y democráticos de la Marea Blanca (por cierto otro hecho que apenas es tenido en cuenta en los otros balances), porque colocó a la Consejería totalmente a la defensiva y dejó muy claro que la Marea Blanca contaba con el respaldo de una inmensa mayoría social.

·  Y todo eso fue posible porque la Marea Blanca se ha movido en un contexto político-social donde los nuevos movimientos sociales y muy especialmente el movimiento 15M han dejado una profunda huella en la sociedad y los trabajadores. La Marea Blanca ha navegado impulsada por los vientos de una nueva época donde las antiguas organizaciones están cada vez más en crisis por su trayectoria, su dependencia institucional o su incapacidad para adaptarse a los nuevos tiempos. Esta es una enseñanza importante para los trabajadores y fundamentalmente para los que pertenecemos a los servicios públicos. Hoy en día no se pueden seguir enfrentando los recortes sociales o salariales bajo el viejo esquema laboral; es necesaria una nueva estrategia que involucre a la ciudadanía, gravite sobre la auto-organización asamblearia de la gente y enfoque el conflicto de clases hacia el terreno político-social. Es la única manera de cambiar la actual correlación de fuerzas.



3.- Tenemos un camino muy duro por delante

No nos gustaría terminar estas notas sin plantear cuáles son los retos que tenemos de ahora en adelante:

·  En primer lugar seguir luchando por la derogación total del Plan de Sostenibilidad. También del RD 16/2012 y de la ley 15/97. Así como de las últimas leyes privatizadoras o las medidas de re-pago.

· En segundo lugar plantar cara a los procesos de desmantelamiento de la sanidad pública y de los grandes hospitales públicos de Madrid, ya sea vía derivaciones hacia la privada, cierres de camas hospitalarias, servicios o recortes de plantillas y demás recursos materiales o financieros. ¿Cómo? Creando redes de resistencia entre los profesionales de primaria y especializada, con los usuarios y pacientes, apelando a la movilización, a la opinión pública, a los tribunales hasta conseguir el aislamiento de los privatizadores.

· Y en tercer lugar tener en cuenta que una de las grandes batallas que se nos vienen encima serán los próximos presupuestos, donde el gobierno de Ignacio González intentará vengarse de la humillación a la que se ha visto sometido. Todos sabemos que es una falsedad decir que la privatización es un ahorro; pero ellos van a intentar que esa mentira se concrete en unos presupuestos de más recortes, austeridad, más fondos para la sanidad privada y más privatizaciones de centros y plantillas.


Por eso decimos que HAY MUCHOS MOTIVOS PARA SEGUIR LUCHANDO. Madrid, octubre 2013.





1 comentario:

  1. Hola,intento ponerme en contacto con Jorge Aranda Arana ,para una entrevista, si puedieran facilitarme alguna direccion ,muchas gracias.

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