Por un referente constructivo crítico desde IU, comprometido y coherente en la movilización social para una alternativa trabajadora y joven a la crisis económica, en el proceso de formación de los foros para la refundación de la izquierda.

lunes, 26 de mayo de 2014

MADRID: TRAS LAS EUROPEAS, CONFLUENCIA Y MOVILIZACIÓN

Con una participación del 48,51%, el bipartidismo se deja en en Madrid en estas elecciones un total de 848.341 votos. A pesar de perder 451.664 votos, el PP continúa siendo la primera fuerza política y supera en 241.984 papeletas a un Partido Socialista que disminuye 396.677 sufragios.  Ambas fuerzas acaparan aún el 48,82% de los votos emitidos, pero están muy lejos del 84,19% que reunieron en 2009.  

A la vista de estos datos cabe preguntarse si llegó el fin del bipartidismo. Y también cabe concluir que no, que más bien nos encontramos ante el fin de la formula bipartidista de la  alternancia que ha dominado la política en los últimos años. Sectores importantes del capital apuestan ahora por otra cara de ese mismo bipartidismo, representada por una posible “gran coalición” que, de una u otra manera, ya permite a socialdemócratas y populares compartir gobierno en 11 estados de la UE, estados tan dispares como Alemania o Grecia.

En Madrid, la irrupción contundente de Podemos como tercera fuerza política en la Comunidad con 249.559 votos señala los límites al meritorio resultado de IUCM, que ha duplicado sus sufragios, pasando de los 103.987 cosechados en 2009 a los 232.492 de 2014. Podemos representa, sobre todo,  la entrada en la escena política institucional de la generación del 15-M, una generación con una tasa de desempleo muy superior a la media, que ha visto como  la crisis arrumbaba su futuro. La lentitud, hija de la inercia de un pasado político que se halla ya claramente en crisis, marca los difíciles pasos que está dando la izquierda transformadora ante esta situación. IU ha formado junto a otras fuerzas como ICV o AGE , una amplia coalición de grupos, la cual ha permitido cosechar un millón y medio de votos y pasar de  2 a 6 diputados. A pesar de todo ello, en Madrid, IU se mueve de cuarta  fuerza política en las europeas de 2009 y tercera en los sondeos más recientes, a quinta fuerza por número de sufragios en estas elecciones de 2014.

Todo ello demuestra que es hora de cambios, que no pueden retrasarse más. Resulta ya evidente que las fuerzas políticas que entraron en la crisis, no serán iguales que las que salgan de ella.  El fin de la alternancia abre su puerta con la  pérdida de votos del PP a favor de la abstención y de espacios como UPD, Vox o Ciutadans; en la izquierda, se hallan un PSOE que no levanta cabeza y una IU que debe ponerse a la altura de las circunstancias especialmente tras la entrada en escena de Podemos. 

De aquí a las próximas elecciones municipales y autonómicas resulta imprescindible levantar una propuesta que, construida desde abajo, de manera participada, participativa y abierta al conjunto de la ciudadanía, empodere a ésta y  sirva para derribar la política neoliberal en Madrid. 

Es necesario trabajar por un programa de gobierno común que alrededor de tareas centrales tales como la reversión de las privatizaciones en sanidad, educación, el agua o Telemadrid, la auditoria de la deuda, el fin de los desahucios, la instauración de una renta básica, unos presupuestos participativos y la elección de candidatos a través de primarias. Este programa común puede ser el que permita fusionar generaciones diversas de gentes que luchamos contra el austericidio. 

Es el momento de confluir en la movilización para levantar la alternativa política que sólo saldrá del efecto multiplicador de la suma, de la suma aplicada a la propuesta. Por ese camino abriremos la puerta a gobiernos de izquierda, comprometidos con la movilización y quienes la impulsan, y cerraremos la puerta definitivamente al funesto bipartidismo sean cuales sean la caras bajo las que se presente.

Carlos G.

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