La dimisión de Inés Sabanés en sus responsabilidades federales en IU introdujo una nueva variante al complejo algoritmo en que se convierte el proceso para conseguir una confluencia unitaria política de la izquierda. Lo siento de veras. Entiendo la problemática aunque no la comparta. Algunos se alegrarán en IU, me duele decirlo pues así va la vida, pero también en el PSOE. A Inés se la ha apartado de lo que ella considera su aportación principal a la sociedad que es a través de la labor como parlamentaria. A lo que parece Inés se orienta a otro camino.
Es necesario que afrontemos este goteo individual pero importante de las y los dirigentes de IU: Inés, Rosa Aguilar, Ketxu Aramburu, Reyes Montiel, Pedro Antonio Ríos, Jordi Ribó, Pascual Mollà, Miquel Rosselló, Félix Taberna, etc. No se trata de anatemizarles, sino de comprender las causas y ponerles remedio, para conseguir que los valores defendidos tantos años nos permitan entre todos una refundación de la izquierda que sea apertura a nueva gente y colectivos, inmersión en el activismo sindicalista, y también confluencia con mucha izquierda dispersa, incrustada o activa en situaciones muy distintas y variadas.
Aquí me paro, pues los hechos van a ser los que hablen, y los juicios son muy subjetivos en estos casos.
Me quedo con la parte de explicación de la carta de Inés sobre sus dimisiones, cuando dice: "Os deseo toda la habilidad y capacidad para transitar este período y estoy convencida de que seguiremos manteniendo todos los contactos porque en un futuro próximo seguramente, si lo hacemos bien, la gente que se ha ido como la que permanece tendrá que ir confluyendo."
FMS
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