La actividad económica de la Comunidad de Madrid aporta aproximadamente al PIB total del
Estado 1 de cada 5 euros que se generan. La renta de sus habitantes, según la página web del gobierno autonómico, es la más alta del Reino y en todo caso, es superior a la media de la Unión Europea. Si añadimos a esos datos el factor de la capitalidad,
positivo en su rédito económico,
su orografía sencilla, su población, (6.448.272 habitantes) o la alta
inversión extranjera, veremos que no se puede achacar a ningún imponderable natural o a la falta de medios, la situación de creciente empobrecimiento de la población madrileña.
Hoy, son pobres el 20.1% de los habitantes (1.300.000 personas)
de la Comunidad de Madrid, cerca del 12% de quienes tienen un empleo y el 27,6%
de los menores. El 56% de los 583.6000 desempleados no reciben subsidio alguno.
Por su parte, la renta disponible ha caído el 1,9%, hallándose en 17.349€, y el gasto medio se ha reducido en el 6,4%.
La mayoría de los habitantes de Madrid somos víctimas de un proceso de profundo maltrato social, de
una organizada explotación, una planificada desposesión y un saqueo por parte de la minoría más rica.
En otras palabras, no es que “seamos pobres”, sino que estamos siendo consciente
y planificadamente empobrecidos por la vía de una mayor explotación laboral, una desposesión del común a través de las privatizaciones, las externalizaciones o la
deuda, y un saqueo de las finanzas públicas a cuenta de 300 mil personas que
son las que han logrado, sólo por la vía del IRPF, ahorrarse en los últimos12 años, 30 mil millones de euros. Y esto es
algo que los presupuestos de 2015 no cambiarán.
También, como parte y consecuencia de lo
anterior, soportamos una profunda degradación democrática a través
de la jibarización de nuestros derechos y del vaciado de contenido democrático de las instituciones. De Madrid desaparecieron hace tiempo los 80
espacios de participación y control ciudadano que existían, incluido el Consejo Económico y Social o el de la Mujer. Tampoco
hay información, ni
existe la transparencia.
El profundo experimento neoliberal que
llevamos 4 lustros soportando de la mano del austericidio se suponía que debía incrementar la eficiencia del servicio,
abaratar su coste, aumentar la libertad de elección del ciudadano y favorecer el superávit de caja del Estado. Pues bien, el resultado es justo el contrario.
Entre 2008 y 2014 la deuda se ha, prácticamente, cuadriplicado pasando de 6.800 millones a 25.018 millones
de euros; el empobrecimiento se ha disparado, mientras la actividad económica no sale de la UCI. No hay libertad de elección, sino recortes y expulsiones de personas de servicios públicos como los de salud. No existe eficiencia, ni eficacia, sino
corrupción rampante y despilfarro (el hospital de Collado Villalba ha costado
12 millones por año mientras estuvo cerrado). Todo ello por no hablar de Gürtel, Púnica, etc.
LAS PERSONAS PRIMERO
Al comienzo de la crisis, el Foro Social
de Madrid, que representa un espacio de la sociedad civil madrileña al que están adheridas más de 45 entidades de todo tipo
(vecinales, sindicales, de consumidores, etc.), empezó a trabajar con el fin de darle una respuesta compartida del conjunto de la sociedad civil
organizada a la misma. La forma que adoptó
esa tarea se materializó en una Carta de Derechos de Ciudadanía de la Comunidad de Madrid. Es decir, en una apuesta decidida por
colocar a las personas, sus derechos, la igualdad y la regeneración democrática como la base de la respuesta a la
crisis. En esa carta, la Renta Básica (RB) universal e incondicional ya
aparecía como un derecho.
¿CAMBIO DE ORIENTACIÓN?
Si observamos el presupuesto de la CAM
para el año 2015, daría la impresión aparente de cierta ruptura con la tendencia austericida y de
refuerzo de la línea de recuperación económica defendida por los gobiernos Rajoy y González. Es decir, de desdecirse de lo defendido hasta ahora.
La falsa apariencia de ruptura con lo
anterior viene del hecho de que se trata de un presupuesto expansivo, que se
incrementa poco (1,9%) y de manera más aparente que real los gastos para
2015. Dicho mísero aumento no puede ocultar que las cifras de ingreso resultan
menores que las de 2009 y 2010, y que en realidad son cuentas, cuanto menos,
son poco realistas. Por ejemplo, la Comunidad confía en vender patrimonio público por más de 600 millones de euros. Este año 2014, y ya estamos acabando el año,
sólo ha recaudado por ese mismo concepto, 9 millones de euros.
Se nos dirá
también
que todas y cada una de las partidas de gasto social aumentan, sobre todo en
Servicios Sociales (6%). Pero si analizamos mas en detalle dichas subidas
podremos constatar que las mismas no rompen, en absoluto, la lógica neoliberal, sino bien al contrario,
la profundizan. En Servicios sociales, las partidas relacionadas con la
prestación de servicios ajenos (lo privatizado) son las que más se elevan, una situación muy similar ocurre en la Educación. Las ayudas a la escuela privado/concentrada crecen en un 14,4%,
mientras que el aumento para la pública, no llega al 9%. Por otra parte,
se continúan pagando los peajes en la sombra o incrementando
el dinero para los hospitales privados, a la vez que se vacían lo públicos. Por último, se avanza hacia la
privatización del Canal de Isabel II.
El presupuesto resume a la perfección la realidad existente: el crecimiento es frágil, poco duradero y, sobre todo, muy empobrecedor para la mayoría. No hay ninguna apuesta por el empleo y, menos aún, por el empleo digno. La política social colapsa en medio de un
marasmo de privatizaciones y externalizaciones, reiterando que para el actual
gobierno las personas no son la prioridad, sino el negocio de unos pocos.
Aun suponiendo que el análisis aquí expuesto estuviera errado, los
defensores del actual modelo no pueden hablar de otra cosa que no sean salarios
bajísimos, precariedad absoluta y una oferta de empleo escuálidada en el marco de creciente deuda pública. Dicho de otra manera, las
ecuaciones de empleo igual a estabilidad y desarrollo social de las personas, o
aquella que reducía la exclusión a núcleos poco numerosos en la orilla del sistema, se
encuentran quebradas. Hoy hay ya una realidad que desmiente que la mejor política social sea el empleo. El empleo forma parte crucial de cualquier política social, pero no es posible reducir (nunca lo
fue) la política social a: empleo más complementos.
RENTA BÁSICA
Resulta evidente ya para todos que gobierno y poder no son lo mismo,
y que los verdaderos núcleos que aglutinan este último emplean a los primeros para mantener e incrementar su hegemonía. De la misma forma, va siendo hora de que elevemos a acción sociopolítica pública que el trabajo, bajo la forma de
empleo, tampoco representa todo el trabajo, ni es la única manera de reapropiarse de parte de aquello de lo que se nos
desposee. Al contrario, pensar en las personas y colocarlas en el centro
implica procesos complejos integrales y multidisciplinares que, partiendo de la
realidad de cada territorio, hagan de la lucha contra la desigualdad, del
derecho democrático a la existencia y de la libertad
real que su garantía aporta, las verdaderas bases sobre las que levantar cualquier política, incluida
la llamada Social.
En este sentido, deberíamos avanzar en la Comunidad hacia verdaderas políticas públicas que superen de manera integradora
el laberinto de prestaciones deslavazadas, condicionadas, insuficientes y
superpuestas que existen hoy.
Esta superación elevaría la política social a criterios integrales que
fueran muchos más allá de la propia prestación. Para ello garantizar el acceso a una Renta Básica Universal, asegurar la existencia tiene todo su sentido.
Se reprochará
que el
marco competencial autonómico no permite el desarrollo de dicha
RB para todas las personas que residen en Madrid. También se puede indicar que un buen número de personas aún no ven el gran potencial de esta propuesta, particularmente, por
algunos de sus supuestos efectos sobre el salario o por la idea de que ésta
desincentiva el trabajo.
No es este el espacio para responder a
tales ideas, sólo una reflexión: estamos así porque lo que "no
funciona" para la mayoría, ni parece que vaya a funcionar en los próximos
15 años son los instrumentos ahora existentes. Luego, seguir aplicando "lo
de siempre" es lo mas alejando de una propuesta seria. Es hora de caminar
hacia políticas de carácter universal y
no parches parciales.
Avanzar en igualdad, libertad y derechos
es un esfuerzo que únicamente tendrá éxito en el marco de amplias alianzas sociales y políticas. De ahí que crea que ya sería perfectamente asumible hoy, revisar a fondo la Renta Mínima y
sustituirla por una renta garantizada e instaurar una RB para todas las
personas entre 0 y 17 años inclusive. Sobre todo si tomamos como
referencia base los últimos datos de pobreza infantil y pobreza asalariada.
La aplicación de Esta propuesta no es, esencialmente, un problema técnico, ni tampoco de tipo económico. Como la crisis y sus alternativas, es un debate esencialmente
sociopolítico.
Depende de la voluntad de quién gobierna
y de lo que nosotros podamos con la movilización condicionarla.
*Carlos Girbau es activista social, coordinador del Foro
Social de Madrid, miembro del observatorio Renta Básica de Attac y del patronato de la Fundación Andreu Nin.
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