Con una participación del 48,51%, el
bipartidismo se deja en en Madrid en estas elecciones un total de 848.341
votos. A pesar de perder 451.664 votos, el PP continúa siendo la primera fuerza
política y supera en 241.984 papeletas a un Partido Socialista que disminuye
396.677 sufragios. Ambas fuerzas
acaparan aún el 48,82% de los votos emitidos, pero están muy lejos del 84,19%
que reunieron en 2009.
A la vista de estos datos cabe preguntarse si
llegó el fin del bipartidismo. Y también cabe concluir que no, que más bien nos
encontramos ante el fin de la formula bipartidista de la alternancia que ha dominado la política en los
últimos años. Sectores importantes del capital apuestan ahora por otra cara de
ese mismo bipartidismo, representada por una posible “gran coalición” que, de
una u otra manera, ya permite a socialdemócratas y populares compartir gobierno
en 11 estados de la UE, estados tan dispares como Alemania o Grecia.
En Madrid, la irrupción contundente de
Podemos como tercera fuerza política en la Comunidad con 249.559 votos señala los límites al meritorio
resultado de IUCM, que ha duplicado sus sufragios, pasando de los 103.987
cosechados en 2009 a los 232.492 de 2014. Podemos representa, sobre todo, la entrada en la escena política
institucional de la generación del 15-M, una generación con una tasa de desempleo
muy superior a la media, que ha visto como la crisis arrumbaba su futuro. La lentitud,
hija de la inercia de un pasado político que se halla ya claramente en crisis, marca
los difíciles pasos que está dando la izquierda transformadora ante esta
situación. IU ha formado junto a otras fuerzas como ICV o AGE , una amplia
coalición de grupos, la cual ha permitido cosechar un millón y medio de votos y
pasar de 2 a 6 diputados. A pesar de
todo ello, en Madrid, IU se mueve de cuarta
fuerza política en las europeas de 2009 y tercera en los sondeos más
recientes, a quinta fuerza por número de sufragios en estas elecciones de 2014.
Todo ello
demuestra que es hora de cambios, que no pueden retrasarse más. Resulta ya
evidente que las fuerzas políticas que entraron en la crisis, no serán iguales
que las que salgan de ella. El fin de la
alternancia abre su puerta con la pérdida de votos del PP a favor de la
abstención y de espacios como UPD, Vox o Ciutadans; en la izquierda, se hallan
un PSOE que no levanta cabeza y una IU que debe ponerse a la altura de las
circunstancias especialmente tras la entrada en escena de Podemos.
De aquí a las
próximas elecciones municipales y autonómicas resulta imprescindible levantar
una propuesta que, construida desde abajo, de manera participada, participativa
y abierta al conjunto de la ciudadanía, empodere a ésta y sirva para derribar la política neoliberal en
Madrid.
Es necesario trabajar por un programa de gobierno común que alrededor
de tareas centrales tales como la reversión de las privatizaciones en sanidad,
educación, el agua o Telemadrid, la auditoria de la deuda, el fin de los
desahucios, la instauración de una renta básica, unos presupuestos
participativos y la elección de candidatos a través de primarias. Este programa
común puede ser el que permita fusionar generaciones diversas de gentes que
luchamos contra el austericidio.
Es el momento
de confluir en la movilización para levantar la alternativa política que sólo
saldrá del efecto multiplicador de la suma, de la suma aplicada a la propuesta.
Por ese camino abriremos la puerta a gobiernos de izquierda, comprometidos con
la movilización y quienes la impulsan, y cerraremos la puerta definitivamente
al funesto bipartidismo sean cuales sean la caras bajo las que se presente.
Carlos G.
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