G. Buster
El Plan de Ajuste del Gobierno Zapatero está formado por:
1) un primer recorte inmediato de 5.000 millones de euros (0,5% del PIB) del presupuesto del 2010, aprobado hace dos meses (y que ya suponía un recorte de 8.000 millones de euros en relación al Presupuesto del 2009) y;
2) una reducción global de 50.000 millones de euros del gasto público en el periodo 2011-2013, equivalente al 4,3% del PIB.
Su objetivo es reducir el déficit presupuestario del Estado del 11,2% del PIB actual al 3%, volviendo así a la ortodoxia de los Acuerdos de Maastricht, con una deuda pública acumulada que a finales del 2013 sería del 74,3%, desde el actual 55%. Es decir, seguiría estando 25 puntos por debajo de la media de la eurozona. El pago de esa deuda pública supondría anualmente el 3,1% del PIB.
Con el Plan de Ajuste, el gasto público se reduciría del 46,1% del 2009 a un 41,3% en el 2013, situando el peso económico del presupuesto en la economía española más de seis puntos por debajo de la media de la zona euro. Esta contracción brutal del Estado supondrá inevitablemente aumentar el déficit en gasto social en relación con la eurozona, que hoy es de siete puntos.
Casi dos puntos de los 4,3% del PIB que supone este ajuste están previstos a través de recortes en el Capítulo 1 del Presupuesto, es decir de los salarios y el empleo público, que quedarán congelados hasta el 2014, al mismo tiempo que se prevé una tasa de paro ese año del 15,5% frente al 19% actual.
El Gobierno considera en sus informes que el 90% del déficit fiscal es estructural y no producto de la crisis económica cíclica. Pero a pesar de tener uno de los índices de presión fiscal más bajos de la eurozona, el 30% -que se ha reducido además en estos años en cuatro puntos-, en ningún momento prevé equilibrar el déficit mediante una subida de los impuestos para los que más ganan, el consumo de lujo o los beneficios del capital, como los más de 4.200 millones del BBVA y los 8.800 del Banco de Santander, incluidas las operaciones especulativas contra la propia deuda pública.
El objetivo prioritario de este Plan de Ajuste neoliberal no es, por lo tanto, la lucha contra el paro. Tampoco la lucha contra la crisis económica de los sectores productivos, porque la capacidad de intervención del Estado a través del gasto público se reduce. Desde luego, no es impulsar el “nuevo modelo productivo”, porque la reducción en obra pública es total. Su único objetivo real es sostener la cotización de la deuda pública española en los mercados financieros internacionales... hasta que gane el PP en el 2012 y aplique un segundo Plan de Ajuste como el que hizo Aznar en su primer año de gobierno.
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